Coleccion #47

PAR DE LOCOS Entre el orificio que es tu oficio y mi alimento, no dejo un momento para alabarte y elevarte. Nos fuimos por alegría en busca de una Hungría para pasarla bien y bien pegados también. Yo derruí tus vestidos y tú me mordiste los sentidos; buscábamos un Motel y acabamos en el parque aquel. La gente nos miraba como par de locos indecentes, maridos, delincuentes de brazos por calles de Madrid. Española tu familia y tu reputación por Plutón; eras prostituta que administraba saliva de amor para sobrevivir al dolor. Mi negocio de macho se buscó de socio tu penacho para cobijarse del calor en las noches de frío sin coche. El rocío de madrugada cuando tus senos de almohada me acolchonaban la cabeza y estar contigo no era tristeza. Éramos fugitivos y furtivos de las cortes sociales; par de locos anormales pero felices como nadie. Tu herencia pertenecía a mi indocumentada presencia; los abogados para emigrantes no dan visas para sonrisas. Totalmente llegamos a un mundo disperso y perverso; tu profesión, la prostitución; yo, prófugo de emigración. Ahora terminaré aquí, esta historia que me supo a gloria; cuando estábamos tirados por Europa sin casi ropa. Si por mí dejaste tu ropa-je por meterte en mi equipaje y yo, aunque perdí y viví, pagué el destierro como un perro callejero. Par de locos que nos asociamos entre los focos de la sociedad que nos alumbró por falta de claridad. No fue socialismo ideológico ni un mal psicológico; tu locura y la mía, sólo fue la hora pico de la ternura. Par de locos bohemios y asustados por la emigración y torturados por el corazón, nos enfrentamos a la vida sin hallarle la salida por ninguno de los cuatro costados; ahora nos hemos quedado sin tu aberración, y yo encarcelado.