Coleccion #20

¿QUÉ PASA EN LA FEDERAL? Desperté un día más y por un día menos. El aliento me sale como el Toilet sin descargar. Mis poemas son testigos del presidio que vivo. Las barandas de mi cama se afligen por mí. Esto es una jauría de lobos desconocidos y con diferentes hambres y sin tener donde cazar. El aire que circula me trae oxígeno artificial. Los presos son amigos de los que pueden confiarse. Aquí la basura del zafacón tiene hasta su importancia. Oficiales con buenas caras, y otros orine de gata. ¿Qué pasa aquí en la cárcel? Nada. Digo nada para el que nada ve. Pero, aquí en la Federal pasa hasta lo más mínimo. Son muchas cosas que en cada paso aprendes. En cada reo hay un mundo, se observa por una hendija las calles felices con tráfico. Realmente no saben que afuera es donde están los verdaderos conflictos. Aquí el adicto ya no lo es, al menos, bajo las rejas. El ladrón no puede robar, al menos, en la sociedad. El asesino no podrá matar, por lo menos, en la ciudad. ¿Qué pasa en la Federal? Pasa tanto que no pasa nada. Es un cementerio de vivos; hombres y mujeres envueltos en penumbras, en conciencias arrepentidas, aunque siempre muchos se disfracen y lo ignoren. Y si alguien puede discrepar que se haga una tertulia él mismo, de buena caridad, y que analice los panfletos de su vida. Así es la cárcel Federal.