El asesinato de Yoko

Alan comenzó a amarla y enfureció a la oscuridad. Comenzó el noviazgo, no sabía que estaba saliendo con el diablo, con el infierno reflejado en la tierra. Le pareció extraño que cuando fue a la mansión de Alan en la Provenza, vio animales extraños dentro de la casa, aparecieron y desaparecieron, eran djins del infierno. Yoko le preguntó.___ Tengo miedo amor. Esta casa está encantada, veo seres extraños en ella. Aparecen y desaparecen. Yo era médium cuando era adolescente, pero no vi nada tan malo, tan aterrador como veo aquí. Alan sonrió, estaba bebiendo vino en el balcón de la casa con vista al zoológico de Montpellier.___ La casa está encantada, querida, pero estoy aquí para protegerte. Cuando habló, se sintió como si el demonio estuviera tratando de usar su cuerpo. Luchó contra la fuerza del Dragón de la Muerte que intentaba controlar su cuerpo, cada una de sus células para la licantropía, la transformación en animal para tomar su sangre. Alan la amaba y luchó contra eso. Fue una pelea difícil, ya que tuve que pedirle al Creador que detuviera el caos y él había dejado de orar o pensar en el Creador cuando mató a sus padres. El caos luchaba por devorar su alma, sabía que tarde o temprano su amado sería devorado y le tenía mucho miedo. Los escorpiones que llegaban a su casa eran fríos para Yoko, porque sabían que una mujer podía evitar el caos de hacer su trabajo con él. Si eres sensible no leas este trabajo, es muy pesado. Huye de ella.